El próximo año se plantea como un espacio de ajustes para lograr acomodar el mundo del trabajo a los cambios que nos han traído y nos siguen trayendo los sucesos globales, no sólo por la pandemia, sino también por la transformación tecnológica y los relevos generacionales.
Al analizar diversos reportes sobre la situación actual del talento global, llama la atención que todos coinciden en un reto clave: la humanización del trabajo, específicamente en la empatía como característica de las marcas empleadoras sólidas y los buenos ambientes de trabajo.
Se trata de empatía en todo sentido, desde la comprensión de las diferencias que implica la diversidad e inclusión, una cultura que genera ambientes de trabajo seguros psicológicamente y estructuras organizacionales diseñadas para mejorar las interacciones, hasta el desarrollo de un liderazgo con mayor impacto humano. Estos elementos marcan los desafíos para el 2023, por lo que debemos estar preparados para evolucionar hacia ese múltiple desafío.
A continuación, revisaremos cuatro tendencias que surgen del reto general de la empatía en el entorno laboral y su impacto en los negocios:
1.- Comprensión de la diversidad y la inclusión:
La primera tendencia tiene que ver con la comprensión profunda de la diversidad en el ambiente de los negocios. Se habla de diversidad hace muchos años en las empresas, sin embargo, la aplicación real conlleva mucho más que la declaración de aceptación a los diferentes grupos de personas, o las campañas con arcoíris.
Vivir una cultura de diversidad realmente puede transformar los comportamientos de las personas y generar una ventaja competitiva impresionante. “Las compañías que no escuchan a sus empleados y demás grupos de interés, y que no adaptan su diseño constantemente, perderán la capacidad de recaudar capital, atraer y retener talento, y seguir siendo relevantes”, afirma Ilya Bonic, presidente de la práctica de Career y director de Estrategia de Mercer en el Estudio de Tendencias Globales de Talento 2022 de la firma.
2.- Fomento a las culturas amigables:
La segunda tendencia tiene relación con la primera, pero va mucho más profundo. Hablamos de culturas empáticas con una característica increíble en el contexto de los negocios: hoy hablamos de amistad en el trabajo.
Este elemento hoy se convierte entonces en una variable importante a la hora de diseñar equipos de trabajo, especialmente en organizaciones ágiles donde la capacidad de conectar e interactuar de forma efectiva marca una enorme diferencia en la capacidad de adaptación y, por lo tanto, en el resultado.
3.- Replanteamiento de los puestos de trabajo:
Tener organizaciones empáticas para el desarrollo de negocios más líquidos es visto como la tercera tendencia. Mas allá de la agilidad organizacional, el concepto de liquidez en los negocios desafía las formas en que hemos concebido a las organizaciones.
Ante este contexto, las descripciones de puesto tienden a desaparecer y evolucionar hacia conceptos más integrales y empoderadores, como mapas de decisiones o matrices de contacto, más enfocados en la definición de un marco de acción que permita que la persona actúe, desarrolle y potencie su trabajo de acuerdo con su propia forma y en armonía con las formas particulares de los demás. En estos ambientes, la cultura se construye a través de la priorización de los comportamientos clave, tanto los aceptados como los que no, respetando las diferencias y animando a cada uno a ser como es.
4.- Redefinición de los liderazgos:
Las tres tendencias anteriores generan la necesidad de una cuarta tendencia enfocada en las habilidades de los líderes por administrar estos entornos más abiertos, diversos y, a la vez, más complejos para la gestión. Mucho se ha hablado de liderazgo, sin embargo, hoy más que nunca esta capacidad toma un papel relevante en la posibilidad de generar resultados mejores y más sostenibles.
Lo interesante de esta cuarta tendencia está en que el liderazgo no es solamente entendido como la capacidad que debe tener el responsable del equipo, sino que hoy se entiende como un elemento fundamental de cada uno de sus miembros. Liderar en un ambiente ágil, donde los equipos se enfocan en las soluciones que los clientes requieren, implica que todas las personas comprenden el propósito de su trabajo y son responsables de hacer que suceda.
Con todo lo anterior, el 2023 se plantea como un año de ajustes para lograr acomodar el mundo del trabajo a los cambios que nos han traído y nos siguen trayendo los sucesos globales. No sólo se ha tratado de la pandemia, hoy también vivimos transformaciones espectaculares por cuenta de la tecnología y la participación de nuevas generaciones en las empresas. Prepararnos será sin duda un trabajo muy divertido.
Blanya Correal Sarmiento (21 de octubre de 2022). ‘Tendencias laborales: 4 retos para la gestión del talento en 2023’ El Economista. https://www.eleconomista.com.mx/capitalhumano