La pandemia cambió la formal en la que trabajamos. Desde el 2020 los empleados han adoptado, y de buena manera, la modalidad del trabajo híbrido: una combinación entre el trabajo presencial en oficina y el remoto. Una encuesta que levantó WeWork, a través de dos consultoras, indica que en Latinoamérica el 81% de los empleados consideran que el trabajo híbrido es el modelo ideal para desempeñar sus funciones.
Los líderes de estas empresas se han dado cuenta de que el formato híbrido puede transformarse en una ventaja competitiva para lograr mejores los resultados de negocio. Los mejores talentos también reconocen las ventajas personales y profesionales del trabajo híbrido prefiriendo permanecer o moverse a empresas que conserven esta modalidad laboral.
Esto implica que se debe considerar qué impacto ha tenido este cambio cultural en el clima organizacional. Será importante considerar su efecto sobre las relaciones, conversaciones e interacción de los colaboradores.
Igualmente es crucial evaluar si se ha mantenido la comunicación apropiada entre pares y con sus líderes y reflexionar qué ha funcionado, qué no ha funcionado.
Ventaja competitiva ¿cómo nos hemos estado preparando?
Con la llegada de nuevas variantes del coronavirus, el impacto que inicialmente vimos presenta nuevos retos. Las empresas y sus líderes necesitan priorizar el bienestar integral de sus colaboradores. La salud física y mental de la población se ha visto comprometida y existen grandes desafíos para los trabajadores con hijos en edad escolar.
Esto obliga a considerar opciones de recalibraje en el balance vida-trabajo, estudiando las que estratégicamente mantengan la productividad de los individuos y abran espacio para la flexibilidad.
Opciones que prioricen los resultados por encima de horarios y otras medidas rígidas que puedan elevar el nivel de estrés que ha provocado la incertidumbre y el cambio constante en que vivimos. A la sombra de este debate, la oferta de oportunidades de trabajo remoto e híbrido ha tenido un crecimiento continuo.
Las organizaciones que han revisado la posibilidad con mayor interés han encontrado que existe un aumento en la productividad y eficiencia, incremento en la percepción de control y bienestar de los empleados, fortalecimiento de habilidades digitales, reducción de tiempo y costos de traslado, flexibilidad en la gestión del tiempo y poder trabajar en base a resultados.
La posibilidad de que los empleados puedan trabajar cuando y donde quieren tiene un impacto positivo en su satisfacción, incluso, un estudio realizado por SurveyMonkey en el 2020 demostró que los empleados que trabajaron de forma remota se sintieron más felices que sus colegas que permanecieron trabajando en la oficina.
Al final, la paulatina mejora de los niveles de empleabilidad que se está dando en medio de la adaptación de las empresas a las tendencias que dejó la pandemia de la covid-19 en materia de modalidades de trabajo, se evidencia en que, por ejemplo, seis de cada diez compañías en América Latina planean aumentar la inversión en tecnología y continuar con un modelo de trabajo híbrido durante el presente año, de acuerdo con el Estudio de Perspectivas Latam 2022, elaborado por PageGroup.