En México existe una posibilidad de que se apruebe la licencia menstrual con goce de sueldo, lo que implicaría un paso importante en la lucha por los derechos laborales. Algunos países del mundo, como España, tienen medidas similares. Otros, como Japón y Corea del Sur permiten las bajas laborales por menstruación, pero no garantizan el pago del sueldo.
«Yo cada mes tengo que tomar pastillas, porque el dolor que siento por los cólicos no me deja caminar con normalidad y tengo sangrados muy abundantes que me tienen muy incómoda, revisando si ya me manché o no», cuenta Sofía Santana.
Santana, analista en Minsait y con 23 años, ha tenido varios tratamientos médicos que representan leves mejoras, pero hasta ahora ninguna suficiente para que se sienta bien físicamente durante sus periodos menstruales. Y aunque su carrera profesional se encuentra en una etapa temprana, sí se ha cuestionado si es posible para ella tener la confianza o posibilidad de solicitar faltar a su trabajo de forma física en estos días del mes en que experimenta ese nivel de malestar. Pero hasta ahora nunca lo ha hecho.
«Nunca he faltado, y ahora que me entero de que en otros países existen permisos menstruales sé que es una buena opción, pero sin eso no faltaría a mi trabajo, aunque me sienta muy mal», dice.
Menstruar en condiciones dignas no sólo significa tener acceso a tampones y toallas sanitarias y saber usarlas correctamente. Se trata de tener espacios para gestionar los sangrados, educación sexual y reproductiva, acceso a servicios de salud especializados, diagnósticos oportunos y, por supuesto, seguridad social para costear la salud menstrual.
Pero todavía hay camino que recorrer. A mediados de febrero del 2023 entró al debate público uno de los temas más importantes de la agenda por la menstruación digna: los permisos menstruales en el trabajo.
De acuerdo con el documento que ha sido enviado al Congreso de la Unión para su discusión, la evolución clínica de la dismenorrea se puede presentar por algunas horas o hasta cuatro días y se caracteriza por dolores intensos que impiden la concentración o dificulta el rendimiento laboral.
Estos síntomas pueden manifestarse en un sangrado vaginal abundante, cólicos extremos, dolor de cabeza, mareos, náuseas y hasta desmayos. En México, cinco de cada 10 mujeres sufren dismenorrea, como se le conoce al dolor abdominal, es una de las principales causas de incapacidad laboral entre las trabajadoras, de acuerdo con cifras del IMSS.
Este debate se abrió como consecuencia de la petición que hizo el Congreso de la Ciudad de México al Congreso de la Unión para hacer modificaciones a la Ley Federal del Trabajo (LFT) para que las mujeres y personas menstruantes puedan tener dos días de baja laboral con goce de sueldo por cólicos.
Adicionalmente, la iniciativa propone que las modificaciones a la LFT también integren otras políticas y protocolos para garantizar que las personas que soliciten estas licencias no sean discriminadas, como sucede en muchas ocasiones con las licencias de maternidad.
¿Por qué es importante tener licencias menstruales?
Reconocer y visibilizar las experiencias propias de las mujeres y personas menstruantes en los espacios de trabajo es fundamental en el camino para la igualdad de género.
La licencia menstrual con goce de sueldo es un derecho laboral al que todas las mujeres y personas menstruantes deben tener acceso. Acompañado, por supuesto, de políticas laborales y políticas públicas transversales que aseguren una menstruación digna para todas.