En el panorama mexicano, la formación de capital humano altamente especializado para el avance de la inteligencia artificial (IA) aún presenta un rezago en comparación con otras economías de la región, según un análisis realizado por el Centro Nacional de Inteligencia Artificial de Chile (CENIA).
A pesar de que México presenta un sólido y maduro panorama para afirmarse como un referente en el campo de la inteligencia artificial en la región, enfrenta un desafío significativo en cuanto a la preparación de profesionales especializados que puedan afrontar esta tarea.
De acuerdo con el Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial (ILIA), en términos generales, México se posiciona en la quinta posición dentro de la región, ubicándose por detrás de naciones como Chile, Brasil, Uruguay y Argentina. Sin embargo, cuando se analiza el factor del capital humano avanzado, su posición cae al noveno lugar.
Según los hallazgos del estudio respaldado por organizaciones como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), México destaca en aspectos como la alfabetización en IA, la enseñanza temprana de tecnologías de la información, la formación de profesionales en el campo de la informática y programas de pregrado en universidades líderes en la región. No obstante, aún queda un largo camino por recorrer en términos de alta especialización.
«Para aprovechar todo el potencial de estas tecnologías, es esencial contar con un entorno propicio. Esto involucra elementos como infraestructura digital, disponibilidad de datos, talento y habilidades digitales, capacidad innovadora y ecosistemas de emprendimiento», destacó José Manuel Salazar-Xirinachs, Secretario Ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), durante la presentación del ILIA.
Lograr el éxito en la aplicación de tecnologías como la IA demanda que tanto las economías como las empresas otorguen igual atención a la formación de capital humano digital que a la adopción de la IA, según señala el informe «Una nueva era de IA generativa para todos» de Accenture.
La firma de consultoría sostiene que «las empresas deben aumentar significativamente su inversión en talento para enfrentar dos desafíos distintos: la creación de IA y su implementación. Esto implica desarrollar habilidades técnicas como ingeniería de IA y arquitectura empresarial, así como capacitar a todos los miembros de la organización para colaborar de manera efectiva con procesos impulsados por IA».
El Instituto McKinsey Global (MGI) estima que la IA puede incrementar la productividad laboral global en un rango del 0.2% al 3.3% anual, dependiendo del nivel de adopción y redistribución del trabajo hacia otras actividades. Parte de este crecimiento se vincula con la IA generativa, cuya popularidad se ha visto impulsada por la llegada de tecnologías como ChatGPT.
El MGI sugiere que el rápido desarrollo de la IA generativa puede ampliar significativamente el impacto de la IA en su conjunto, generando un valor adicional de miles de millones de dólares anualmente y transformando la naturaleza del empleo.
Para materializar estas proyecciones, el MGI enfatiza la necesidad de que todas las partes involucradas comprendan los alcances y desafíos de esta tecnología. «La magnitud de las transiciones en la fuerza laboral es considerable. En un escenario de adopción moderada, entre un cuarto y un tercio de las actividades laborales podrían cambiar en la próxima década. Nuestra tarea es gestionar los posibles aspectos positivos y negativos de la tecnología de manera simultánea».
En línea con lo mencionado por Accenture, el desarrollo de talento para un entorno laboral automatizado implica no solo formar perfiles especializados, como ingenieros en IA, sino también brindar apoyo a la fuerza laboral existente para trabajar de manera efectiva con estos sistemas.
Aunque se estima que hasta el 40% de las horas de trabajo pueden ser automatizadas en promedio, la IA también tiene el potencial de mejorar las tareas realizadas por los seres humanos y convertirse en una herramienta para aumentar la eficiencia laboral. Por ejemplo, en al menos cinco de trece actividades específicas en el servicio al cliente, esta tecnología puede complementarlas para lograr una mayor eficiencia, como la utilización de resúmenes generados por IA para ofrecer soluciones rápidas con un toque humano.
Bain & Company ha acuñado el término «fuerza laboral aumentada» para describir el fortalecimiento de las habilidades humanas en un contexto de automatización, lo que permitirá agregar un mayor valor en otras funciones.
Rasmus Wegener, líder para las Américas de Vector, consultoría digital de Bain & Company, destaca: «El verdadero valor de la automatización va mucho más allá de la mera eficiencia. Al utilizarla de manera adecuada, permitirá a los empleados enfocarse en actividades de alto valor que requieren habilidades humanas, creando así una ‘fuerza laboral aumentada'».
Preparar a la fuerza laboral para el entorno de trabajo con IA no se limita a competencias técnicas. «Las empresas ya no buscan solo a trabajadores versados en tecnología, sino que necesitan perfiles capaces de adaptarse rápidamente a cambios en software, programas o algoritmos», señala Carlos Bueso, director de Experis para México, Caribe y Centroamérica.
En algunos casos, argumenta Bueso, será necesario realizar reconversiones de perfiles, como el cambio de un auditor a un especialista en ética capaz de contribuir al desarrollo de inteligencia artificial y su implementación sin sesgos. En este desafío, la capacitación focalizada será crucial para el éxito de la integración de nuevas tecnologías en el entorno laboral.
«La digitalización ha dado paso a una nueva generación de trabajadores que se sienten cada vez más cómodos interactuando de manera directa con la tecnología», agrega Bueso.